lunes, 3 de marzo de 2025

¡Qué extraño!

 ¡Qué extraño!

Tanto valor

tiene el sexo

y tan poco el amor.

El sexo pixelado,

pretendidamente

fácil, amable y

turbio a la vez,

se te da 

hasta sin querer.


Y el amor,

esa gratuidad

que no vacía

bolsillos,

pero llena las almas,

ahí abandonado,

entelarañado,

porque no está

marketeado

porque no son datos

vendibles.

¿Dónde quedaron

los suspiros ante 

los crepúsculos?

acariciar mascotas?

decir palabras suaves?

dar cariño sin más?

Es tan difícil

ahora vivirlo y

escribirlo,

que pareciera

desaparecido.

Pero está ahí

hasta para

humanizarnos.


¡Qué extraño!

Parece sabiduría

primitiva

y es sólo

la virtud original.

Amar a todos,

amarlo todo,

sin importar

quién o qué,

buscar la luz

y transmitirla.


Extraño es 

y común debe ser.






Navegando

 Somos navegantes

en este borrascoso mar

u océano de la vida, 

atados con ramas livianas

a una frágil balsa;

a veces quemados,

otros tantos anegados,

pero nunca falta una brisa

que refresca y congela.


Somos navegantes, 

tan lejos y tan cerca

de la costa anhelada,

anhelada y temida;

porque no sabemos

si será arena blanca,

pantano turbio

o peñascos destructores;

aun así

seguimos remando

con esperanza lunática.


Somos navegantes

y no sabemos

si nos rodean

delfines juguetones

o voraces tiburones;

pero toca flotar,

rendirse no es opción:

ser protagonista de novela

o comida...


Somos navegantes

y que no suene a

traición.







Amistad y derecho

 ¿Amigos con derecho? No, gracias, amistad con derecho es patente  de corso para tocar  más allá de lo convenido/conveniente. Es una razón p...