Gracias por tu cabello
que cuidas con esmero
casi como si fuera
otro hijo más.
El marco de tu faz
que baila con gracia al viento
que yo disfruto acariciar
mientras noto tu expresión
de Nirvana total.
Y yo me pierdo en ese aroma
de abrillantadores y ablandadores
químicos mágicos del buen ver.
Eres mi leona,
aunque magallanera
Atrápame como Medusa nueva
en las redes de tu pelo.
Gracias por estar
y acompañar
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