Hay días de 14 rosas
y 14 espinas
me hacen recordar a
las montañas
aquellos aires puros
y jadeos y caminatas
la Tierra Santa de
la Sultana
que un suspiro
la remecía.
Y ahora reviviendo
dichas brisas primaverales
con la arena estival
me brotan del corazón
unas líneas bellas
Eros, remonta las alas
no sufras la suerte del Ícaro
rebusca, escudriña
en la profunda fuente
de la historia
el fuego sagrado.
Recuerda que siempre
hay un 14
y después un 15 y
un 16.
Que el
Sol
estimulante
siga
brillando en
el verano
austral,
y rompa las
nubes que
osen taparlo.
Que siempre haya 14...
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