sábado, 24 de octubre de 2020

Africa mía

 Soy un fantasma 

sobre la tierra verde

azul y amarilla

y busco cuerpo y alma

y piel

busco sentidos

sentidos para saber

para re-conocerme

para re-pensarme

para gritar y susurrar

para decir

¿qué eres para mí,

África?


Acaso hueles

a la mirra mítica

al sudor enajenado

a las comidas ancestrales 

y criollas

a la mezcla del

ardor y

la frescura

de tus solares,

pero hay un olor

indefinido

escondido

que algunos no desean

que se revele

el olor de la humanidad

compartida

creyente

amante

que suda y perfuma

con-vivencia.


Pero más fuerte

surcan los sonidos 

mi conciencia

el tam-tam

el swash

el ratatatatá

se unen a los gritos

de dolor y alegría

porque esos sonidos

son historia tuya

e historia mía.

Son la expresión lacerante

de un alma

que todavía espera

un estallido triunfal

que canta y susurra

aunque llore

es una de tus

múltiples esencias

negritud lírica.


Y cuál es el gusto 

que te define

el grano

de cacao, café, caraotas

la hoja de plátano

y el humo chirreante

de las madamas

que llenaron el

alma colonial

del sabor criollo.

Nunca África es tan

universal

como cuando sus manos

amasan el placer

de otros paladares

y sin embargo

nadie las bendice.

La rutina del

anonimato.



Yo quiero verte

como fantasma que soy

sin ojos claros

ver tu Sahara

tu selva y tu

Kilimanjaro

ver tus sabanas

inundadas de fauna

y ver tu gente que

está y que salió

y que hacen de ti

un universo

y un alma sola.

Quiero verte

sin diamantes ensangrentados

sin ayudas

sin portadas de Nat-Geo

tan humana

como cualquier otra.

Quiero ver las caras lindas

que por los continentes

se han regado.

Quiero ver industrias 

tecnológicas

que tengan el sello

del ébano.

Quiero verte sonriente

con el pecho henchido

porque nadie te mira

por encima del hombro.

Quiero verte algún día

África mía.


Es la piel 

bellamente oscura

la que me hizo comprender

y la textura rugosa

de tantos latigazos

de tantos andares

de tanto bajar y

subir la cabeza

sigue mostrando

su sentir amable.


Soy afro y soy negro

porque mi piel lo dice

porque me toco

y no reniego

porque se enreda mi cabello

(si lo tuviera)

porque mi melanina

grita y no se esconde.

Qué piel para ser 

escandalosa.


África mía

soy el fantasma que 

te busca

sal a mi encuentro

en el rostro y las sonrisas

de mis hermanos

y hazme sentir

piedra de tu piedra

fango de tu fango

hoja de tus hojas

un ser africanado.

 



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