miércoles, 18 de noviembre de 2020

El antiescuela

 

He huido de la

sede

del escritorio

imponente

de las cuatro paredes

y el pizarrón

por una suerte

de claustrofobia

académica.

¿Y por qué

no lo he de hacer

con los poemas?

 

Respeto las escuelas

movimientos de la

lírica

que fueron motivados

de tanto genio

que llenaron las cuartillas

de críticos

y criticones

yo lo disfruté también

y lo sufrí.

 

Pero yo

no puedo ser así

vivir de eso

ser me de eso

sería

muy procustiano

de mi parte.

 

Prefiero ser más

naif

como aquellos

pintores de los pueblos

vivirme libre

de los rótulos

aunque eso

me aleje

de bambalinas

y nobelismos.

 

No cultivaré

un lenguaje clásico

ni vanguardista

no simbolizaré

ni me imbuiré

en los mundos

surrealistas

simplemente nadaré

por la orilla

del pensamiento

y la palabra

mientras mi

intimidad

me lo pida

y lo permita.

 

Gracias por

entender

y

aceptar.




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